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lunes, 18 de marzo de 2013

Mmm, huele a bolo... ! (1/2)

De Martes a Sábado, SI ! 4 días con sus respectivas 4 noches de bolazo extremeño en el mítico Cijara, pensábamos que todo iba a ser muy bonito pero no.
Decidimos ir el Domingo anterior a sondear y cebar el puesto con tranquilidad haber si con suerte engañábamos a algún mítico barbo de los que tanto se habla, un torpedo de dos cifras que solo hay en aguas del Guadiana. Después de buscar, mirar y pensar días antes donde buscaríamos a estos colosos nos decidimos por un estrechamiento con una pinta muy buena en forma de recula enorme pero que no lo era, solo era un brazo más de los tantos que tiene Cijara.


Ya que estamos a punto de llegar al desove, época donde podemos trincar un gorrinete de museo pensamos que una zona así sería idónea para buscar al barbo en esta época, pero nos equivocamos, aún así sondeamos y vimos que era una zona limpia de enganches, alguna que otra rama suelta pero nada grave, el terreno se iba metiendo poco a poco.
A unos 80 metros ya teníamos 10-12 metros de profundidad por lo que decidimos hacer el cebadero ahí,  algo de semilla y mucha bola para evitar a la minitalla, todo pintaba perfecto y se veía actividad por el pesquil, por lo que nos fuimos el Domingo de allí bastante satisfechos, pensando que íbamos a tener suerte...
El Martes cargamos el coche tempranito y pusimos rumbo para el puesto, un par de horitas de viaje y al amanecer ya estábamos descargando el material, que por cierto íbamos bastante cargaditos, una foto dice más que mil palabras jiji.


Queríamos disponer de todo el día por delante para ver la actividad del pesquil a diferentes horas del día, y sobre todo para tener las posturas en el agua y que todo quedase perfecto para la primera noche, por lo que el primer día transcurrió con tranquilidad se veía movimiento y posicionamos las cañas a diferentes profundidades para sacar resultados, casi todas las cañas rondaron entre los 8 y 12 metros excepto alguna que decidimos meterla a los 17 metros y dejarla perdida y alejada del cebadero.
El resultado fue nulo, primera noche y cero actividad, era normal, contábamos con ello y no nos preocupaba, aún era pronto para ver actividad, lo que no sabíamos es que gran parte de la sesión iba a ser así...
El día transcurrió con tranquilidad, cambiamos alguna postura y metimos algo de comida natural, algo fuerte  y llamativo, algo que atrajese bastante, por lo que pensé en meter un baitmesh con unos ajos machacados que desprenden un fuerte aroma.


La postura quedaba perfecta, y sin duda era un cebo apetecible e irresistible, pero tampoco tuvimos suerte. Ya empezábamos a pensar que meter y que no meter en nuestras cañas,  llevábamos 24 horas y no había ni rastro de actividad, ni un salto, ni un toque en ninguna de las cañas, era mosqueante, pero bueno esto es así...
Mientras tanto aprovechábamos para hacernos una rica comidita y matar las penas como dios manda jiji.


También he de decir que el tiempo fue bastante inestable, una sesión con bastante agua y fuertes rachas de aire, había momentos que soplaba con mucha fuerza, la predicción que teníamos para los 4 días que íbamos a estar allí era agua y más agua, tanto que todas las mañanas teníamos que ponernos el vadeador y meternos a por los trípodes porque el agua los iba tapando...


A ratos salía el sol y calmaba un poco el ambiente, pero en cuestión de minutos volvía a llover con fuerza, por lo que nos tocó pasar la gran parte del tiempo dentro del bivvy.
Ya enfocábamos la segunda noche pensando en tocar escama, cañas al agua y a esperar la ansiada picada, la mayoría de las posturas las colocamos alrededor del cebadero, excepto alguna que la sacamos con la barca para volver a dejarla perdida a 15 o 16 metros.
A eso de las 8 de la tarde ya teníamos todo hecho, cenamos, charlamos un poco sobre como se presentaban los próximos días y poco más, por lo que no tardé en meterme al saco, me arropé y así me levanté, porque no tuve que salir hasta la mañana siguiente para sacar de nuevo las cañas y cambiar los cebos, segunda noche y seguíamos sin ver absolutamente nada de actividad, por lo que no nos lo pensamos dos veces y dejamos el tema boilies, artificiales, pellets y demás a un lado para dar la bienvenida a la comida natural. No nos quedaba otra, así que hicimos un par de montajes con maggots, los cargamos de lombrices y de asticots y al agua a esperar la ansiada picada.    

   

Y así fue, lo natural no defrauda, habían pasado unas horas cuando a la hora de comer se arranca una caña, clavamos y allí teníamos la captura, unos segundos de lucha con ella... Pero consiguió desclavarse, no tenía pinta de ser muy grande, pero algo falló y consiguió desclavarse. 
Lo más normal cuando pierdes una captura es lamentarse y buscarle solución por algún lado, pero no nos paramos a pensar en que la "cagamos", después de casi 48 horas habíamos tenido actividad en el pesquil, y en lo que menos pensábamos era en lamentarnos, por lo que cargamos el maggot de lombrices y de nuevo al agua, parece que habíamos dado con la tecla.
La tarde entraba y mi compañero decidió darse una vueltecita con la de lance haber si quería dar la cara algún luciete, por lo que me dejó solo, encargado de todas las cañas, que peligro jiji.
El tiempo pasaba pero cuando empezaba a caer el sol... Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiicadón, me pilló solo pero tardé poco en clavar el pez, noté peso y vi que le tenía al otro lado de la línea, me había sacado unos cuantos metros de hilo y no parecía nada malo, ya era hora de que algún ciprínido se hiciese notar, después de unos minutos de lucha con él, conseguí traerle casi a la orilla, pero...

*PONER ATENCIÓN LOS PRÓXIMOS DÍAS PARA VER QUE PASÓ EN LOS ÚLTIMOS DÍAS A PIE DE ORILLA ;) !


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