Lluvias, heladas, riadas,
temperaturas bajo cero, peces ináctivos… Si amigos, como todos
sabemos la pesca en invierno se complica, y de qué manera, pocos son
los “locos” que deciden salir en esta época en busca de una
buena y fructífera sesión, en estos meses tan fríos gran parte del
pescado de cualquier masa de agua ralentiza su comportamiento, de tal
manera que escasos son los peces que se mueven en busca de alimento.
Como dice un gran
carpista, el invierno es buena época para los pescadores sufridores,
junto a la primavera es una de las épocas del año donde podemos
obtener la captura de grandes ejemplares, la minitalla o la llamada
“morralla” deja de incordiar en nuestras sesiones invernales, por
lo que el número de picadas se reduce muy notablemente, aumentando
así la posibilidad de que un ciprínido de gran porte muerda nuestro
anzuelo. En estos meses podemos realizar sesiones de tres, cuatro o
incluso más días y volvernos a casa sin escuchar nuestras alarmas,
eso en verano rara vez ocurre…
Hay pescadores que son
fieles a sus cebaderos durante todo el año, yo sin embargo en estos
meses previos a la primavera me gusta emplear otra técnica, la
llamada “Hot spot”, como ya sabéis consiste en buscar puntos
calientes, sondearlos, marcarlos y pescarlos sin haber realizado un
cebado previo.
Bajo mi punto de vista
cuando el agua está tan fría, que su temperatura se reduce a los 5
o 6 grados (Dependiendo del lugar), el pez suele alimentarse muy
poco, por lo que no veo ni comparto la idea de volcar gran cantidad
de alimento en nuestro pesquil, para mi es más probable obtener
alguna picada con una postura llamativa y nutritiva, por lo que en
sesiones de varios días intento jugar y probar con diferentes cebos,
siempre potenciándolos con sus DIP, lo más importante es confiar en
nuestro cebo de anzuelo, ya que en estos casos va a protagonizar un
gran papel a la hora de esperar resultados, no es lo mismo haber
volcado un cubo de grano varios días antes de realizar una sesión,
que llegar a un lugar, marcar la zona e intentar buscar a los peces, por
lo que necesitamos cebos de atracción rápida.
En mi última salida,
disponía de unas 12 horas para conseguir resultados, por lo que en
sesiones cortas es importante y recomendable conocer con anterioridad
el lugar en el que vamos a pescar, antes de que saliera el sol cogí
mi coche y me planté en el lugar, durante el amanecer la pesca se
movía a pesar de las bajas temperaturas, se veían tímidas
bocanadas y algún que otro salto, por lo que sin perder el tiempo
saqué mis posturas con la barca y como de costumbre me dediqué a
esperar.
La mañana pasó con toda
normalidad, las cañas llevaban bastantes horas en el agua y estaba
seguro de que todo estaba en orden, era cuestión de tiempo que
alguna alarma rompiese el silencio, y a media tarde una de mis cañas
me marca una fuerte arrancada, el pez saca metros y metros de línea con un gran ímpetu en dirección a la orilla opuesta, consigo
clavar al animal y tras unos minutos de lucha consigo traer al pez
hacía mi orilla, no quería tocar moqueta, pero un poco después
consigo ensalabrar una bonita común que se quedó a escasos gramos
de llegar a las dos cifras.
Después de curar la
herida al pez y hacerme las típicas fotos de recuerdo, solté la
captura y volví a sacar mi línea al lugar indicado, me dio buenas
sensaciones por lo que de nuevo confié en dejar allí mi postura,
apenas me dio tiempo a volver con la barca a mi orilla cuando de
nuevo vuelve a arrancarse la misma caña, madre mía que subidón de
adrenalina, había dado con un punto caliente y de qué manera, la
pesca estaba por la zona.
Tras otro buen rato de
lucha un poco más costoso que el anterior, consigo ensalabrar otra
fuerte y sana común típica del lugar, tiran como motos y muchas
consiguen el objetivo de desanzuelarse, pero esta como la anterior
tocó moqueta.
Ya era tarde para volver
a sacar la línea, la noche se echaba encima y era hora de empezar a
recoger para volver a casa, por lo que me dispuse a inmortalizar el
momento con la captura para después devolverla a su lugar de origen,
Como veis se pueden obtener picadas a pesar de estar atravesando los meses más fríos del año, solo hace falta colocar nuestras posturas en el lugar indicado, ahora los peces no campan a sus anchas de un lado para otro en busca de algo que llevarse a la boca, por lo que hay que buscarlos en puntos concretos, y para terminar que nunca esta de más, recordaros como ya he hecho en anteriores ocasiones que siempre, siempre, siempre hay que practicar la captura y suelta del
animal, en cualquier escenario en el que practiquemos nuestra
modalidad, nunca se sabe cuándo podemos volver a tener de nuevo en
nuestras manos un pez que ya hemos capturado previamente, yo por
suerte ya he experimentado esa sensación y es una verdadera pasada,
no lo olvidéis…. ¡ CATH AND RELEASE !