Sin duda alguna ahora es la mejor
época del año para hacernos con algún buen cardumen, tras un duro y largo invierno
donde el termómetro ha recogido temperaturas insólitas, gran parte de nuestras
masas de agua han estado muertas en vida, los peces han ralentizado su
actividad de una manera muy notable, y nuestro número de picadas en las
sesiones invernales varía mucho respecto a otras épocas del año, pero eso ya se
acabó, por fin empezamos a ver las primeras subidas de temperatura y los primeros rayos de sol de esta
primavera.
El blog ha estado un poco parado por temas personales y demás, pero ya es hora de empezar a darle caña de nuevo, muy ingenuo hay que ser para no
aprovechar todo el tiempo posible que tengamos durante estos meses
primaverales, la pesca se vuelve loca, aumentan sus ganas de comer y por lo
tanto aumenta nuestro índice de picadas en la orilla. Por lo que yo no iba a
ser quien desaprovechase la oportunidad de marcarse una sesioncita en esta
época, con el coche cargado y con unos cuantos kilómetros por delante, mi
compañero y yo nos dispusimos a explorar una nueva masa de agua, siempre
pedimos alguna referencia o consejo a algún conocido que haya estado por el
lugar en cuestión, pero no hay nada mejor que ver el lugar in situ con nuestros
propios ojos, por lo que una vez plantado allí, me di cuenta de varios factores
con los que no contaba y que os iré contando a lo largo de la entrada, factores
que iban a dificultar en gran parte mi sesión.
Después de preparar todo mi
equipo para lo que iban a ser unas cuantas horas de puro carpfishing, era hora
de empezar a plantearse como pescar el lugar, el primer factor que iba a marcar
el resultado de la sesión era la actividad de la pesca, totalmente nula en
nuestra orilla y muy muy activa en la orilla opuesta, por lo que nos tocaba
preparar las posturas para dejarlas a 300 metros de nuestras cañas. Como todos
sabemos es muy importante disponer de bastante capacidad de línea en nuestros
carretes, de aquí el título de la sesión, nunca sabemos lo que nos vamos a
encontrar y en este caso mis Fox ´s y mi línea Sufix Tritanium del 0.35 se
portaron muy bien.
El tiempo acompañaba, llevábamos
unos días agradables y sin cambios de temperatura, por lo que al atardecer
vimos grandes signos de actividad a escasos metros de la orilla contraria,
después de preparar mis cañas, cada una con un tipo de cebo y cebado, ya que
íbamos a pescar al Hot Spot, era hora de sacar las líneas a tomar por c... (Ya sabéis donde, jajaja)
Una vez realizado el trabajo solo
quedaba esperar para ver si obteníamos resultados, resultados que no tardarían
en llegar puesto que antes de las doce de la noche una de mis alarmas me marca
una fuerte arrancada, cuando quiero llegar a clavar el pez, me doy cuenta que
mi carrete echa chispas, consigo clavar al animal y veo que opone bastante
resistencia, me gusta, es mi primera lucha con un carpote de estas aguas, y la
verdad que nada desmerece de la potencia y la bravura de peces como Orellana o
Sierra Brava. Tras un rato de idas y venidas consigo hacerme con ella, al posar
la captura en mi moqueta vi que se trataba de un bonito ejemplar de carpa común
con un peso notable, puesto que era de noche, me tocaba guardar al animal en un
saco de retención para fotografiarlo a la mañana siguiente, aunque siempre se
puede hacer deprisa y corriendo la típica foto nocturna jiji.
La cosa no pintaba nada mal,
llevaba escasas horas en el lugar y ya había tocado escama, al preparar de
nuevo el montaje y la postura me di cuenta que mi cebo de anzuelo, en este caso
un pop-up, venía bastante tocado, los “pinzas” ya empezaban a estar activos y
habían hecho de las suyas, menos mal que sabía de su existencia y había puesto
un flotante bastante duro y consistente, no obstante, la bola llevaba dos o
tres horas en el agua, por lo que no podía arriesgarme a pescar con boilies o pop-up´s.
Saqué la otra línea que estaba en el agua, y efectivamente venía sin el cebo
que había colocado, mi mayor problema era que no había preparado chufa para
esta sesión, como todos sabemos la chufa es una semilla que los cangrejos no
suelen tocar y con la que casi siempre puedes pescar agusto, menos mal que
siempre suelo llevar el típico bote con alguna que otra chufa que ha ido
sobrando de otras sesiones, aún así siempre quedan los cebos artificiales y por
suerte dispongo de gran variedad de la gama de Enterprise Tackle, por lo que
sin pensármelo dos veces coloqué “plásticos” en una de mis posturas, y en la otra un par de esas viejas chufas que
tenía en mi bolso de cebos, y he de decir que el resultado fue excelente, mis
alarmas no pararon de sonar en toda la noche, los viajes en barca a la otra
orilla para dejar mis posturas fueron muchos, llegando a ensalabrar cuatro de
las seis capturas que mordieron mi anzuelo, dos de ellas se salieron con la
suya, una se trabó entre los juncos y espadañas de la orilla opuesta y no pude
hacerme con ella ni desde la barca, y la otra, qué decir de la otra, no sé qué
tendría clavado al otro lado de la línea, solo sé que antes del amanecer tuve
una fuerte arrancada que dejó así mi anzuelo…
Pero bueno, son cosas que pasan y
que te dejan un poco sorprendido, siempre quedará la intriga por saber que
había al otro lado de mi línea.
Una vez que el sol empezaba a
despuntar y a salir por el horizonte poco a poco, era hora de sacar de los
sacos de retención las cuatro piezas que había conseguido durante la noche, he
de decir y de recalcar que es muy importante el uso único y exclusivo de un
saco de retención por captura, no podemos meter varios peces en un mismo saco,
podemos ocasionarles heridas muy graves, ya he visto a más de un inconsciente
con un saco de retención lleno de carpas y no es lo más correcto, así que
recordar que aparte del tan sonado captura y suelta, que siempre hay que llevar
a cabo, también es importante cuidar de los peces mientras estén retenidos
hasta que se los haga la foto, una vez dicho esto vamos con las fotos de las
cuatro carpas de la sesión:
Alguna salía con la boca un tanto tocada, pero siempre dispongo de mi Clean-ink, para curarlas a tiempo...
Como podéis apreciar, todas las capturas fueron carpas comunes, fuertes y muy sanas, con una gran boca y una librea preciosa, ahora os mostraré a la "big" de la sesión que fue la última en llegar a mis manos...
Después de inmortalizar a todas las capturas y de devolverlas a su medio, era hora de recoger y poner rumbo a
casa para dar por finalizada esta corta pero fructífera sesión que me da un
buen comienzo de primavera. No siempre hay que pescar en nuestros lugares más
cercanos o de confianza, a veces también hay que coger el coche, gastarnos los
cuartos y poner rumbo a lugares desconocidos, vivir nuevas experiencias y
complicarnos para dar con la tecla, cada escenario es diferente por lo que hay
que buscarle el truco a cada uno, nunca sabemos dónde puede estar la sesión de
nuestra vida, lo que sí sabemos es que desde el sillón de casa no vamos a
triunfar, sal, conoce y disfruta, ya que esa es la verdadera esencia del
carpfishing. !