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jueves, 28 de febrero de 2013

Sorpresón tras la helada !

Disponía de un día libre, por lo que no me lo pensé dos veces y hablé con un amiguete para escaparnos unas horas a pie de orilla haber si sonaba la flauta y así fue, quedamos temprano antes del amanecer y pusimos rumbo a un puesto majo que me apetecía probar y sacar conclusiones de él. 
No era la mejor manera de probar el puesto ya que no había cebado previamente ni sondeado el lugar pero me aventuré y allí me presenté.
Llegamos un poco antes del amanecer y el coche marcaba -3 grados, se me helaban las ideas y el  terreno chascaba al pisar ya que había bastante hielo al borde de la orilla, visto que aún faltaba un ratito para el amanecer nos tocó montar a oscuras, pero era lo que queríamos, ya que la intención era pillar los primeros rayos de luz del día haber si alguna locomotora se equivocaba y se desayunaba alguno de mis montajes.


Por la intuición que me daba y mirando un poco alrededor del puesto, vi que el lugar era arenoso y con algo de piedra, sin ningún obstáculo y que en principio no tendríamos problema a la hora de posicionar los montajes en el agua.
Preparé una mallita de PVA a cada caña y sin pensármelo dos veces lancé, unos cuantos boilies repartidos con el cobra por el pesquil y a esperar picada...
Pensaba que iban a tardar en encontrar alguno de mis montajes, pero se conoce que la postura calló cerca de la boca de alguna amiga que rondaba por allí y no se lo pensó dos veces.
Iba a colocar el tensor de mi segunda caña cuando veo que la linea empieza a sacar hilo tímidamente, no me lo pensé dos veces, por lo que me arriesgué y clavé...
No opuso resistencia, por lo que tardó poco en tocar moqueta, no era muy grande pero ya habíamos tocado escama. El sol ya empezaba a salir y parece que había dado resultado, no se si fue suerte o casualidad pero el pez estaba en la moqueta y no llevábamos ni media hora en el lugar.
El día se despertó un poco nublado y con algo de niebla sobre el agua por lo que metimos el pez en un saco a esperar que el sol diese la cara y poder hacer alguna que otra fotografía.


La mañana transcurrió con mucha tranquilidad, a las 11 el sol ya estaba casi en todo lo alto y alumbraba con fuerza, el día había abierto con ganas y las temperaturas subieron levemente, por lo que ya era hora de sacar el pez del saco y echarnos alguna fotito con él, ya que no queríamos causarle mucho estrés.
Una vez que tuvimos el pez encima de la moqueta vimos que no era gran cosa pero que tenía una genética perfecta, cabeza acorde con el cuerpo y una librea perfecta, por lo que sacaríamos una gran foto de él, y así fue, foto y al agua que es donde debe estar ahora y siempre.


Era hora de almorzar y de entretenernos en algo ya que la mañana como ya he dicho antes estuvo muy parada, mientras yo me entretenía ordenando mi material y preparando algún bajo mi compañero se echaba unos lances haber si engañaba algún depredador, pero no tuvo suerte jiji.
Fue a eso de las 2 de la tarde cuando saltó la sorpresa, después de tener una mañana muy parada en cuanto a actividad se refiere, vemos que se arranca una de las cañas con fuerza, empieza a sacar hilo y después de una buena pelea con ella, conseguimos ensalabrar y llevar a la moqueta una gran común que coló las dos cifras con creces, no dábamos crédito a ello, un lugar sin sondear que no sabíamos lo que escondía bajo sus aguas, sin haberlo cebado previamente nos brinda esta maravilla.


Como podéis ver en la foto, es un pez con bastantes años a sus espaldas y que no fue tratada bien anteriormente, ya que tenía un cacho de cola cortada y en la boca varias heridas, las aletas tenían un desgaste importante... Pero a pesar de eso, estaba bien alimentada y sabia cuidarse ya que tenía una buena triporra jiji


Después de esta buena sorpresa que nos brindó este lugar nos dispusimos a recoger y a dar por finalizada la sesión. Habían sido solo unas horas a pie de orilla sin cebado previo y sin haber estudiado el lugar, y mira por donde nos había entrado esta gran común, no siempre suena la flauta pero hay veces que si.
Con esto quiero decir que no hay porque echar horas y horas a pie de orilla para que la suerte nos sonría...  Basta con probar sitios nuevos y tener la suficiente confianza en nuestros montajes.
Últimamente no me puedo quejar porque llevo una buena racha, con pocos bolos, aunque seguramente no nos volvamos a ver en otra situación como esta en una larga temporada jiji. ;)

martes, 19 de febrero de 2013

Ciprínidos con un toque especial !

Recordando momentos y viendo fotos, se me vino a la cabeza una sesioncita que eché en Otoño en el mítico Orellana en compañía de un gran amiguete y gran persona que he podido conocer en este pequeño mundillo del Carpfishing, donde disfrutamos de unos días con todo lujo de acontecimientos, desde granizo, truenos y fuertes lluvias, hasta la visita de nuestros amigos los "verdes" jiji.
Llegamos al puesto de pesca a la hora de comer, una vez asentados allí nos dispusimos a montar y a elegir la zona exacta donde irían situados nuestros montajes, teniendo en cuenta que en estos meses las noches eran largas y los días cortos teníamos bastante tiempo de nocturnidad, que es cuando la pesca se encuentra mas activa.
Aun no teníamos todo montado cuando vemos aparecer a nuestros amigos, menuda manera de empezar la sesión con receta incluida, pero bueno no desistimos y allí nos quedamos esperando que algún buen carpón nos quitase las penas y el disgusto que nos habían dado de bienvenida. La primera noche transcurrió muy tranquila sin picada alguna y con poca señal de actividad en el pesquil, pero con fuertes lluvias que ayudaron a oxigenar el embalse hasta las 7 u 8 de la mañana que paró y se quedó una bonita estampa...


El tiempo fue pasando y con ello nuestros días a pie de orilla, cada vez nos iba quedando menos tiempo y aún no habíamos tocado escama, pero la cosa cambió cuando se arrancó una de las cañas de mi compañero. Después de la lucha con el pez conseguimos ensalabrarla, curarla y devolverla a su medio, no sin antes echar una foto para el recuerdo.
Ya habíamos visto pez, no era de gran peso pero nos animaba a seguir esperando con ganas y a hacernos pensar que los peces terminarían entrando a nuestro cebadero, la verdad que la sesión se me hizo bastante corta ya que fue en buena compañía y con muchas risas de por medio, también tengo que decir que anduve un poco desanimadillo hasta el último día ya que los primeros días la suerte estuvo del lado de mi compañero que consiguió hacerse con cuatro capturas, dos de ellas muy peculiares, una por sus colores, ya que tenía dos tonos y otra por el peso que arrojó en la báscula.
A pesar de que a mi compañero le había sonreído la suerte y a mí no me quería ni mirar, no perdí la esperanza hasta que llegó mi turno, era nuestra última tarde allí y mi compañero acababa de tocar escama, volvió a lanzar y al rato, piiiiiiiiiiii... !! Me asomo y veo que es una de mis cañas la que esta sacando hilo, ya era hora...
Llego al trípode  clavo el pez y a darle hilo ya que me pedía una buena carrera, no quería perder el pez ya que era el primero, y como no había obstáculos le dejé hacer lo que el quiso, después de un buen ratito con ella, conseguimos ensalabrarla, y llevarla a la moqueta. Por fin había tocado escama que era lo importante.


Después de pesarla y curarla la herida le dije a mi compi que me echase unas fotillos, le dio tiempo a echarme dos porque cuando me fue a hacer la tercera una de sus cañas se arranca de nuevo, sale corriendo clava el pez y a mi no me quedó otra que despedirme de mi captura antes de lo previsto, asique al agua y a ayudar a mi compi con la suya, en un ratito habíamos tenido tres picadas, dos por su parte y una por la mía, parecía que el cebadero estaba haciendo efecto, pero la cosa se quedó ahí, la tarde pasó y se avecinaba tormenta...



Visto lo visto y viendo venir que iba a caer una buena, nos dispusimos a cenar, un ratito de charla comentando como iba la sesión, los pros y los contras de ella y a dormir escuchando la tromba de agua que caía.
La noche pasó tranquila de nuevo, sin picadas, como las anteriores, amaneció y volvió a parar de llover, nosotros aún no nos habíamos mojado mucho y yo ya pensaba que me iba a ir con una sola captura a casa, pero estaba equivocado a media mañana cuando ya daba todo por perdido oigo mi receptor, salgo corriendo del biwy y clavo el pez, noto peso y la dejo que saque hilo, empiezo a recuperar y después de una buena lucha consigo hacerme con ella, una bonita carpa común de peso y con una cabeza un tanto desproporcionada al cuerpo pero aún así tenía una buena foto.


Esta si que pudimos pesarla y hacer las fotos tranquilamente y sin ningún sobresalto como la captura anterior, asique después del procedimiento habitual, la devolvimos a su medio.
Ya si que había quedado satisfecho, dos capturas en Orellana no se consiguen en todas las sesiones ya que como todos sabéis es un embalse un tanto irregular en cuanto a capturas se refiere.
Después de esto nos metimos al biwy a afrontar nuestras últimas horas allí, viendo si se arrancaba alguna cañita para despedirnos de la sesión con un mejor sabor de boca que el que ya habíamos tenido.
De repente empezamos a ver que en cosa de un minuto empieza a llover con una fuerza brutal, y después de esa lluvia unos granizos como piedras... Era asombroso el ruido que hacía el granizo sobre el biwy, y como soy un bocazas, no se me ocurre otra cosa que decirle a mi amigo: ¡Pachasco pique ahora ehh, con la que está cayendo, cualquiera sale !
Bueno pues no hago más que terminar la frase cuando empieza el receptor a sonar como un loco, me quedo asombrado por la casualidad de la situación y en cuanto reacciono salgo rápido corriendo, clavo el pez, y veo que tira bastante, pero el fuerte viento y los granizos dándome en la cara hacen que sea insoportable sacar el pez fuera del agua, por lo que no me queda otra opción que dejar la caña en el trípode y dejar el baitrunner abierto al máximo, que sacase hilo a su antojo sin que notase ninguna presión y a cruzar los dedos para que cuando saliese del biwy siguiera al otro lado de la linea.
Volví corriendo al biwy a esperar que amainase un poco, pasaron 10 o 15 minutos y la tormenta seguía rompiendo con fuerza, el tiempo se me hacía eterno, y en cuanto vi que se calmó un poquito aunque seguía lloviendo con ganas, salí a ver si el pez seguía al otro lado de la linea... 
Y si, por suerte allí seguía, a pesar de que llovía ya no iba a volver, asique no me quedó otra opción que sacarle yo solo, ya que mi compañero no se quiso mojar ni una gotita jajaja. Después de acercarla a la orilla vi que era una bonita royal por lo que mi autoestima subió de golpe jiji, y encima vi que tenía un buen peso, asique después de ensalabrarla y desanzuelarla, decidí meterla en un saco de retención y a esperar a que parase de llover por completo para pesarla y echarme las fotillos con ella.


Sin duda la última mañana fue la que más me gusto de toda la sesión ya que a pesar de la lluvia, el granizo y los fuertes vientos conseguí hacerme con estas dos capturas, y pude volverme con tres picadas y tres peces fuera del agua.
Una buena sesión que recordaré siempre, ya que como he dicho antes tuvimos de todo, después de las fotos y de pesar al pez, la devolvimos a su medio y acto seguido empezamos a recoger con ganas y sabiendo que habíamos hecho las cosas correctamente, todo trabajo bien hecho tiene su recompensa ;) !