Disponía de un día libre, por lo que no me lo pensé dos veces y hablé con un amiguete para escaparnos unas horas a pie de orilla haber si sonaba la flauta y así fue, quedamos temprano antes del amanecer y pusimos rumbo a un puesto majo que me apetecía probar y sacar conclusiones de él.
No era la mejor manera de probar el puesto ya que no había cebado previamente ni sondeado el lugar pero me aventuré y allí me presenté.
Llegamos un poco antes del amanecer y el coche marcaba -3 grados, se me helaban las ideas y el terreno chascaba al pisar ya que había bastante hielo al borde de la orilla, visto que aún faltaba un ratito para el amanecer nos tocó montar a oscuras, pero era lo que queríamos, ya que la intención era pillar los primeros rayos de luz del día haber si alguna locomotora se equivocaba y se desayunaba alguno de mis montajes.
Por la intuición que me daba y mirando un poco alrededor del puesto, vi que el lugar era arenoso y con algo de piedra, sin ningún obstáculo y que en principio no tendríamos problema a la hora de posicionar los montajes en el agua.
Preparé una mallita de PVA a cada caña y sin pensármelo dos veces lancé, unos cuantos boilies repartidos con el cobra por el pesquil y a esperar picada...
Preparé una mallita de PVA a cada caña y sin pensármelo dos veces lancé, unos cuantos boilies repartidos con el cobra por el pesquil y a esperar picada...
Pensaba que iban a tardar en encontrar alguno de mis montajes, pero se conoce que la postura calló cerca de la boca de alguna amiga que rondaba por allí y no se lo pensó dos veces.
Iba a colocar el tensor de mi segunda caña cuando veo que la linea empieza a sacar hilo tímidamente, no me lo pensé dos veces, por lo que me arriesgué y clavé...
No opuso resistencia, por lo que tardó poco en tocar moqueta, no era muy grande pero ya habíamos tocado escama. El sol ya empezaba a salir y parece que había dado resultado, no se si fue suerte o casualidad pero el pez estaba en la moqueta y no llevábamos ni media hora en el lugar.
No opuso resistencia, por lo que tardó poco en tocar moqueta, no era muy grande pero ya habíamos tocado escama. El sol ya empezaba a salir y parece que había dado resultado, no se si fue suerte o casualidad pero el pez estaba en la moqueta y no llevábamos ni media hora en el lugar.
El día se despertó un poco nublado y con algo de niebla sobre el agua por lo que metimos el pez en un saco a esperar que el sol diese la cara y poder hacer alguna que otra fotografía.
La mañana transcurrió con mucha tranquilidad, a las 11 el sol ya estaba casi en todo lo alto y alumbraba con fuerza, el día había abierto con ganas y las temperaturas subieron levemente, por lo que ya era hora de sacar el pez del saco y echarnos alguna fotito con él, ya que no queríamos causarle mucho estrés.
Una vez que tuvimos el pez encima de la moqueta vimos que no era gran cosa pero que tenía una genética perfecta, cabeza acorde con el cuerpo y una librea perfecta, por lo que sacaríamos una gran foto de él, y así fue, foto y al agua que es donde debe estar ahora y siempre.
Era hora de almorzar y de entretenernos en algo ya que la mañana como ya he dicho antes estuvo muy parada, mientras yo me entretenía ordenando mi material y preparando algún bajo mi compañero se echaba unos lances haber si engañaba algún depredador, pero no tuvo suerte jiji.
Fue a eso de las 2 de la tarde cuando saltó la sorpresa, después de tener una mañana muy parada en cuanto a actividad se refiere, vemos que se arranca una de las cañas con fuerza, empieza a sacar hilo y después de una buena pelea con ella, conseguimos ensalabrar y llevar a la moqueta una gran común que coló las dos cifras con creces, no dábamos crédito a ello, un lugar sin sondear que no sabíamos lo que escondía bajo sus aguas, sin haberlo cebado previamente nos brinda esta maravilla.
Como podéis ver en la foto, es un pez con bastantes años a sus espaldas y que no fue tratada bien anteriormente, ya que tenía un cacho de cola cortada y en la boca varias heridas, las aletas tenían un desgaste importante... Pero a pesar de eso, estaba bien alimentada y sabia cuidarse ya que tenía una buena triporra jiji
Después de esta buena sorpresa que nos brindó este lugar nos dispusimos a recoger y a dar por finalizada la sesión. Habían sido solo unas horas a pie de orilla sin cebado previo y sin haber estudiado el lugar, y mira por donde nos había entrado esta gran común, no siempre suena la flauta pero hay veces que si.
Con esto quiero decir que no hay porque echar horas y horas a pie de orilla para que la suerte nos sonría... Basta con probar sitios nuevos y tener la suficiente confianza en nuestros montajes.
Últimamente no me puedo quejar porque llevo una buena racha, con pocos bolos, aunque seguramente no nos volvamos a ver en otra situación como esta en una larga temporada jiji. ;)
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